Uno se Alimenta de lo que Digiere y no de lo que Come…
Aunque el movimiento de comer los alimentos en estado crudo, es decir, que no han sido preparados por medio de la acción del fuego, va en aumento en todo el mundo, Don Manuel Lezaeta lo recomendaba desde los años ’30 como la alimentación ideal para mantener la salud; reiterando, una y otra vez, que uno se alimenta de lo que digiere y no de lo que come…
Las enzimas son la fuerza vital de los alimentos, éste es el principio central que rige el crudismo – estas enzimas vitales son las que nos permiten digerir completamente lo que ingerimos, sin tener que depender de nuestras propias enzimas digestivas.
Cocinar los alimentos destruye o altera estas enzimas vitales, lo que hace que los alimentos cocinados sean más difíciles de digerir. En cambio los alimentos crudos retienen su integridad sin perder sus nutrientes o enzimas.
El régimen alimenticio de una persona crudífera, raw foodie, está conformado por frutas, vegetales, nueces, semillas y germinados en su estado natural, preferiblemente de origen orgánico. Absteniéndose de todo producto animal y de productos químicamente procesados o pasteurizados.
Muchas de las personas que deciden volverse raw foodies, lo hacen por razones de salud, otros lo hacen simplemente por que aluden que al comer crudo tienen más energía y sienten un mayor bienestar.
Este estilo de vida no es fácil de mantener de manera absoluta, por eso Lezaeta, previendo nuestra debilidad, una vez recuperada la salud siguiendo su régimen de crudo, permite ir introduciendo poco a poco algunos alimentos cocidos.
Estos serían los tubérculos, cereales integrales, legumbres, e inclusive queso fresco, yogurt natural (hecho de manera artesanal), y hasta el pescado fresco; haciendo la salvedad que el consumo de estos alimentos de ser ingeridos, debiesen formar tan solo un 10% de nuestra comida diaria, pues el 90% de nuestra ingesta diaria deberá seguir siendo a base de nueces, semillas, frutas, y vegetales, en su estado natural, o sea, crudos.